viernes, 16 de abril de 2010

CXVIII Catre Cabrón.

He cambiado las sabanas, bajeras y colchas mil veces, pero mi puta cama sigue almacenando tu olor y tu forma. Cada noche, con su dosificador de mierda, suelta un poquito de ti, cada puta noche. Yo, machacado, ventilo la habitación todos los días desde que te marchaste, e intento superarte, pero llegan las doce y ahí está ella, a cuatro patas, acechándome blanca e inmóvil.