jueves, 8 de abril de 2010

CXII La dura ley.


Fui a comprar el pan, salí de la panadería. Una mujer policía apuntaba en su agenda electrónica la matrícula de un coche bien aparcado en doble fila. De pronto, un hombre de mediana edad salió de mi mismo pan.
-Pero muchacha, anda, si estaba comprando pan, ha sido un segundo. ¡Venga anda, que te invito a un café!
-Con que me quite el vehículo me conformo. Respondió ella entre sonrisas y reojos.
El hombre se subió al coche y se alejó y al doblar la primera esquina a ella de repente se le cayeron los dos botones que tenía en la cara mostrando sus dos preciosos ojos.