domingo, 11 de abril de 2010

CXV Obsesiones.


El día anterior se había acostado tarde babeando todos sus apuntes. A la hora siguiente se levantó pronto, aún era de noche, la cama seguía hecha. El frío se le había subido a la cabeza. Volvió a estudiar y estudiar y estudiar, se volvió a quedar dormida, la tinta se corría. El frío la volvió a despertar, secó sus apuntes arrugados y se puso de nuevo, los ojos hinchados, continuó repasando algo que ya se sabía y otro tema que también, volvió a caer, dormía profundamente. De repente el flexo encendido cayó sobre su pelo, esta vez el calor fue el que la despertó, se hizo la remolona, que calorcito, que agustito estaba, de repente nerviosa se desveló. Las 11:30. Tarde, muy tarde, demasiado tarde. La convocatoria era a las 10:00. Y se quedó calva.