jueves, 22 de junio de 2017

CXCIV La corriente.

La corriente me trajo hasta aquí, juro, no hice nada, solo me dejé llevar. Cierto es que tampoco remé a la contra. Y ahora aquí estoy, en el subsuelo, con el agua al cuello y subiendo. Hay una trampilla, puedo sentirla, la toco con mi pie, me sumerjo, ya he intentado abrirla; no puedo. Y en lo alto una ventana sellada, veo tantos aeropuertos como ganas de volver. El agua sube, quema, seca...tengo mucha sed. Ya solo puedo respirar por la nariz, con la boca cerrada, inundada, mis ojos suben. Los aviones aterrizan en mi cabeza ladeada. Ya no grito, me relajo y me hundo, de repente la trampilla se abre y el agua fluye. Yo me quedo estirado, exhausto, mojado en el suelo.

A los pocos minutos muero ahogado de aire.

CXCIII La Boa y el ratón.

Me gustaría enrollárteme cuál boa constrictor y me ahogaras fuertemente. Ya estoy en trance. Me dejo picar y en cada picadura, placer. Ahora ya somos dos animales y actuamos como tal. Soy tu ratón, cómeme del tirón. Engúlleme, por favor, ya noto como bajo por tu cuerpo. ¿Estás cambiando de piel? Aquí me quedo junto a tu corazón.

Viviendo, sintiendo juntos, somos invencibles.