jueves, 27 de marzo de 2008

XXI Lluvias torrenciales.


  • El girasol erguido y chulesco busca la luz y el calor del Sol. Al caer la noche, se entristece y duerme.
  • El reloj marca las horas. Yo nunca llevo reloj.
  • De niños, nos convertimos en libros de auto ayuda, necesarios para entendernos de mayores.
  • Esperar un futuro, es no vivir el presente.
  • El rojo pasión y el verde esperanza, al mezclarse, se convierten casi siempre, en marrón oscuro casi negro.
  • Se pasó la vida dominándome, siendo una gran sumisa.
  • Un conjunto de espinas es un bonito rosal.
  • El corazón guarda los sentimientos, ¿ pero los sentimientos guardan al corazón?
  • La vida a veces es tan puta, que da por culo vivirla.
  • Las margaritas son flores tan blancas y amarillas que consiguen tornar a la abejas invisibles.
  • Hay personas que son preciosos regalos con lacito rosa, que, una vez los abres, te arrepientes de haberlo hecho, mucho mejor no haberlos abierto.
  • Si molesto, me quedo.
  • Cállate, que me siento solo.
  • De tanto estudiar se quedó tonto.

viernes, 14 de marzo de 2008

XX Intenté definir el Amor...


Que te diría...


A medio pulmón hay cosas que te debo, alguna canción, un corte de pelo, un baño de espuma y echarte más de menos. Si vuelvo a nacer, te busco sin duda, detrás de la luna del amanecer, donde te desnudas, donde tengo las de perder.Y esque viniste de un bosque lejano, perdido en mil y un senderos, has bailado con toros lidiados y has recogido todo del suelo. Has llovido desde nubes amarillas y has dormido en las alcantarillas. Has sido entretenedora de cuerdos y has perdido en mi reloj tu tiempo. Hoy quiero vivir de nuevo en tu reloj que es el que señala mi tiempo. Hoy quiero pintar de nuevo tus labios que son los que sangran mi pecho. Hoy quiero escribir de nuevo en tu papel que es donde viven mis sueños.

Gracias de verdad, por todo este tiempo de cuentos, fantasía y felicidad...Gracias por creer, saber y sostenerme. Gracias por ser tan buena, tan verdadera. Gracias por apostarte la vida por mí.

Pensarás que tengo el tiempo justo, pero en realidad tengo todo el tiempo del mundo.

martes, 11 de marzo de 2008

XIX Bulling.

En esta historia me ahorraré los detalles, no creo que sea necesario contar todo lo que a este pobre niño le toco sufrir.

Por la mañana…
Mientras las gaviotas se comían ya, los restos de bocadillos e insultos que habían quedado en el patio del colegio, subía un niño, cabizbajo, escaleras arriba a refugiarse a su clase. Que suplicio, que 20 minutos más duros de recreo.
El era Pablo, un niño de los de antes, respetuoso, trabajador y constante. Solo tenía 13 años pero la vida le llevaba mucho tiempo maltratando. Desde bien pequeñito fue objetivo de burlas, desplantes e insultos por parte de sus compañeros, tanto en la escuela como fuera de ella. Siempre lo sufrió en silencio, nunca lo comentó en casa, su refugio, durante muchos años.
Afortunadamente, ese niño se espaviló, tarde, pero se acabo espavilando. Todo ello, una vez superado, le hizo ser más fuerte, multiplicar su personalidad y no dejar ser, nunca más, pisoteado por nadie.
Hoy en día es maestro y tiene un gran don, su empatía con cada uno de los niños, se dedica a impartir clases académicas pero sobretodo está muy atento para combatir cualquier tipología de bulling en las aulas.
No tenemos que olvidar que los problemas de este tipo para un niño son equiparables al peor de los problemas posibles para un adulto. Que se tenga en cuenta por favor.
Con Dios.

lunes, 10 de marzo de 2008

XVIII La inmensidad.



En el vivir de cada día dejamos marcas, algunas son de buenos recuerdos; cuando nos ven se alegran y nos participan de su contento, pero también dejamos a veces malos recuerdos. Somos tan imperfectos que por ello nos creemos intachables, no nos equivocamos; comparados con el universo no tenemos ni el tamaño de una hormiga, mas vivimos nuestra vida como si nunca hubiese de tener fin. Pensar que cada día que pasa nos acerca al fin para algunos, a un empezar para otros, según sea su creencia…

Mostraban hace unos días, en un documental, unas hormigas que viajaban en busca de sustento, sorteaban obstáculos a su paso, de pronto, el narrador observa que hay una acequia que les bloquea el continuar, se detienen, empieza un movimiento de un lado a otro, luego las hormigas se toman unas a otras y las que están ya tomadas se dejan caer al agua, y así sucesivamente se dejan caer todas ellas formando una gran balsa con sus cuerpos y se dejan llevar hasta que atraviesan a la otra orilla.No tienen raciocinio, no saben cuantos serán los días de su existencia, pero si saben que lo importante es la subsistencia de su comunidad, y hacen más de lo que nosotros imaginamos, por los suyos.¿Somos tan extraordinarios como nos creemos? Si al menos salváramos al que esta a nuestro lado inmediato, si al menos una pequeña ayuda hiciéramos, ya seria algún socorro para alguien, una pequeña labor por insignificante que nos parezca, para el que recibe es una gran ayuda.Muchas veces la inmensidad de la vida nos hace diminutos, nos convierte en polvo, en insignificancia.

Muchas veces deberíamos darnos la vuelta a la retinas para apreciar la cruel realidad a la que caminamos, corremos...
Todos nacimos insignificantes y moriremos como tal, por eso nuestra labor en la vida es vivirla con creces, dejarnos de conflictos y tristezas, reírnos de nosotros mismos, caernos pero rápidamente levantarnos...
Al fin y al cabo nuestro abismo particular ya está preparado y dispuesto para cuando sea necesario.

Hoy más que nunca, quedar con Dios.

domingo, 9 de marzo de 2008

sábado, 8 de marzo de 2008

XVI Cambios climáticos.



Cuidemos nuestro planeta o sinó no se salvará ni nuestro Gran Santo San Saturio.

Quien quiera entender que entienda.


Con Dios.

domingo, 2 de marzo de 2008

XV Dentro de aquella Ermita...


Despertaba…

Gateando a ciegas por lugares oscuros, manos descalzas, pies atados atornillados, con la mirada blanca y mareo continuo, se encontraba un ser del todo malherido.
Dolor infernal en sus pupilas, pisaba el suelo por obligación, no por fortaleza; abría los ojos, no por ganas, sino por instinto de supervivencia.
Lloraba sangre de impotencia, se arrastraba oscuro entre esas cuatro oscuras paredes, llenas de mensajes, asqueroso olor inundaba el Zulo.
Gritaba desesperado, cual animal en el matadero, pero nadie iría a recogerlo del suelo.Tenía hambre de vida, no se daba por vencido, sabiendo que posiblemente de allí no saldría. No notaba el viento, casi ni el aire, solo el sonido desgarrador de un generador gigante.
Los días, los meses transcurrían eternos, impasibles y fríos y él, cada vez se encontraba más destrozado por dentro y por fuera, comía y bebía de sus propias necesidades, estaba ya tan desesperado que deseaba su propia muerte; su libertad.
No entendía como había llegado allí, como alguien le podía estar haciendo todo aquello.
Finalmente moriría no del hambre sino de la incesante pena.