miércoles, 20 de febrero de 2008

XI Soledades.


Deseando que pasaran rápido los días
se escondía en el rincón favorito de su habitación
cerraba las persianas a cal y canto al mundo,
desenchufaba la televisión…
¡No quería saber nada del exterior!

Eran tiempos horribles,
de gran decepción,
era 31 de diciembre, fin de año,
inicio de un nuevo bajón.
Las Navidades,
símbolo de alegría y colofón
en él se tornaban
vergüenza y desolación.

Navidad, Navidad,
puta Navidad,
se cantaba a sí mismo en bajito
sumido en su depresión.
¿Comprar regalos?
¿Para qué?
¿Para quién…?
Ni carbón!

Unos por defunción,
otros por falsas promesas,
otros por odio,
por peleas y rencor.
seguía allí solo
en su escondite,
con su comida de tarro,
en su comedor.
¿Grandes comilonas?
a las ocho y media al mojón
esperando que pasaran los días
cuanto antes mejor.
Guárdame en un cajón
Tírame al río,
Y olvídate de mí… por favor.
Felicidad, ¿cuanto cuesta la felicidad?
más cuando te la imponen
en días señalados,
días de sollozar.

Pero no pienses que estás solo
no todo el mundo está igual
hay mucha más gente;
sufriendo como tú,
una gran Soledad.