jueves, 12 de noviembre de 2009

LXXXI Esta noche el viento sopla para no creer.

Duérmete en la orilla
de la arena fina,
que te rozara la piel.

Duermen los ladrones
y los corazones
que lucharon por querer.

Duermen los heridos,
los que han prometido
irse para no volver.

Duérmete mi cielo
que esta noche el viento
sopla para no creer.

Duérmete en la línea
que separa el día
del anochecer.

Duermen las ballenas,
los que abren los bares,
los que siempre esperan de pie.

Duerme el horizonte,
el mapa que esconde
la razón del que se va.

Duérmete mi cielo
que aunque estés muy lejos
mi canción te abrigará.

Duermen las canciones
que se hicieron pobres
hartas de esperarte a ti.

Cierra los ojillos
que aunque apriete el frío;
hay que taparse y dormir.

Cierra los ojillos
que ahora aprieta el frío,
tápate y vete a dormir.