Jordi, me ha encantado.
Vidas ficticias from Jordi Olmos on Vimeo.
Dicen que el bosque tiene un equilibrio de sonidos y silencios... En él, se concentra lo que nos atemoriza y nos atrae...
Vidas ficticias from Jordi Olmos on Vimeo.

.jpeg)
Me contaron hace algún tiempo que las mariposas también lloran, que sus antenas se quiebran, que sus colores se enjuagan, que sus alas se marchitan, que entonces se envuelven de finos hilos de seda, que sufren la metamorfosis a la inversa y que duermen, que hibernan su pena y desgraciadamente muchas son pasto de arañas y moscardones.
Llevaba años enganchada platónicamente de él. Un día la luna hizo que coincidieran en una fiesta. Él iba muy borracho, ella iba muy enamorada. Se armó de valor y se dejó tropezar con él. Él se dio la vuelta, la agarró fuertemente y la intentó besar como a todas las chicas de aquella noche. Ella, por supuesto, se dejó. La pasión se desbordó. Al cabo de treinta segundos, la gente, de ellos se apartó. Se habían convertido en dos vampiros, se estaban desgarrando los labios, uno por salido, la otra por verdadero amor.
Eran las 6 de la tarde, hora de la extraescolar de natación. El niño como siempre se puso en la fila junto a todos sus compañeros para saltar a nadar. De repente, como cada día, se oyeron las risas de sus compañeros. A sus 13 años seguía llevando manguitos y eso día tras día era motivo de burlas. Él, cansado, inesperadamente y sin decir nada, se orilló en cuclillas al borde y se bebió toda el agua de la piscina, se levantó sonriente, caminó lentamente hacia la puerta del lavabo y tranquilamente se puso a mear con la puerta abierta.