sábado, 17 de octubre de 2009

LXXVI Molesta el caparazón.


Me dices que me parezco a los caracoles,
me sobra techo, me muerden soles
tras la espesura del chaparrón.

Será que el camino bueno se ha vuelto malo,
que no quiero pegarme un palo,
o solo quiero escuchar tu voz.

Que siempre llego a la deshora que me marca el corazón,
y que cuando estamos a solas, molesta el caparazón.
Que los colchones son mala gente,
que siempre quieren tener razón.

Mi casa esta donde estas tú,
los mismos ojos, la misma luz,
los mismos clavos, la misma cruz,
el mismo ataúd.