viernes, 10 de abril de 2009

LXV Secuestrando secretos.


Lucirán las ventanas de tu cara,
comeré de tu boca la fruta prohibida,
beberé del sudor, ardiendo en tu cuello,
vomitaré te quieros chupando tu vida.

Reposarás tu pasión en mi suave tejado,
guardarás tu amor torrencial con llave,
te vestirás a lo loco respetando al silencio,
te irás como siempre. Llorando. Cobarde.

Y marcharás y me agobiarás pero no dirás nada
me pensarás, te guardaré la cabeza,
no controlarás, maldita dependencia,
guiarás tu vida, cual rota; impertinente veleta.

Quizás el pecado sea,
seguir aún con vida...