miércoles, 25 de marzo de 2009

LXII El Fido y la Susi.

Federico era un chico casero y casadero, acomodado y cómodo vivía muy unido a sus padres ya mayores. Federico tenía 32 años recién puestos pero no vividos, era un hombre al que no le gustaba salir ni de día, ni de noche, tampoco de tarde. Tenía unos padres orgullosísimos de él, estaban encantados que Fido, así era como ellos le llamaban, hubiera estudiado dos carreras, llevara gafas de culo de botella y hubiera heredado los pantalones de pana de su padre.
Pese a ser licenciado en Económicas y diplomado en Historia a Fido lo que le gustaba era la naturaleza y el fuego por eso trabajaba de guardabosques subido a su torreta, la cual tenía conexión a internet y teléfono instalados.
Y así fue, una mañana primaveral, cuando algo en aquella pantalla de ordenador le llamó la atención. Una página de fondo rosa, en el centro de la cual una hermosa mujer le invitaba a entrar. Él, nervioso se repeinó el pelo con un poquillo de saliva, se subió los pantalones hasta el ombligo y accedió, pero allí no la encontró, ya no estaba ella, le empezaron pues a pedir unos datos, una dirección... que él sin pensarlo rellenó, clicó a siguiente y todo empezó, acababa de entrar en el chat del amor.
De repente una ventanita se abrió. - Wola, ¿que tal wapo?. La torreta tembló, Fido se erizó. Ella se presentó, su nombre, "la Susi", a él le encantó, hablaron y hablaron sin ton ni son, congeniaron del todo. Ella, una gran Choni, él, leñador, todo encajó...
Y el día de la cita llegó. Fido la esperaba de cuclillas con el pantalón de pana de siempre, gafas limpias y el pelo pegado al seso. Ella se hacía derrogar. Él, cardiaco, intentaba a modo de juego maniático chuparse el codo. La gente que por allí pasaba lo miraba con rareza y desconfianza. Seguro que más de uno más tarde lo intentaría en privado, (lo de chuparse el codo digo). Y por fin apareció, allí estaba Susi, "la Susi", con pendientes de aro de circo desproporcionado, los cuales casi podían ser atravesados por leones, pelo liso teñido negro azabache, cejas rubio platino, botas blancas de tacón "chúpame la punta", un top elástico fucsia donde asomaba una barriguita pueril, bolso azul eléctrico, falda baquera ajustada al ombligo, pintada, maquillada tipo puerta de nogal y movimiento exuberante y exagerado. Y fue en ese instante cuando Fido la miró tipo Miguel Noche (Michael Knight, el del coche fantástico), ella pues, en un arranque de locura transitoria gritó y corrió hacia él y se enamoró, empezaron entonces a besarse rebozándose en el suelo de aquella plaza de mercado. La gente les miraba, pero ellos no sabían lo que era la vergüenza, tampoco el miedo escénico. Al cabo de media hora, al limite del escándalo público se levantaron, se dieron la mano y marcharon tranquilamente.

Hoy en día, pasados ya 4 años, la Susi y Fido viven muy felices en su torreta donde guardan el bosque y el amor intenso que sienten por sus 2 hijos, la Jeni y el Kevin.