viernes, 24 de octubre de 2008

XXXIV Un Tuno Triste; un Tuno Negro...


Había una vez una página, la cual no leía nadie, nadie dejaba sus comentarios, pasaba totalmente desapercibida.
Una vez un chico entró por equivocación, pensó que aquello era un virus y rápidamente la cerró.
El Tuno Negro de la página cada vez daba menos miedo, cada vez estaba más triste y desolado, aún así nunca dejaba de escribir. Realmente no sabía si lo que escribía gustaba o no, ya que nadie le hacía caso, todo el mundo pasaba de él.
En sus inicios el Tuno Negro gastó mucho dinero, casi llegó a arruinarse, en publicidad para su página, pero aún así nadie se paraba a leerlo. Hasta su familia renegaba de él.
Siempre 0 en sus comentarios, siempre ese CERO cabrón, aterrador y desesperante. Antaño aún tubo algún triste comentario de publicidad, ahora ya ni eso. Era un pobre hombre.
Un día el Tuno andaba desesperado porque nadie le quería, decidió hacer algo que ningún Tuno en condiciones había hecho nunca, se quitó su capa negra, pensando que así llamaría la atención y empezarían pues a llegar los comentarios a sus escritos, pero que va; todo continuaba igual. Pensó entonces que su vida era muy puta e intento suicidarse ahorcándose en un árbol, pero la rama se rompió. Todo le salía mal, ni matarse sabía. Era un Tuno de los peores, el azme reír del gremio.

Hoy en día la página sigue igual de desierta, las palabras siguen llenas de polvo, los pensamientos están cubiertos desde hace ya mucho tiempo de telarañas, aún así el Tuno no deja de escribir esperando que algún día alguien entre a visitarlo, alguien por fin se preocupe por él.


Si leyó este texto agónico
y le llegó al corazón,
por favor ayude a este Tuno,
déjele un comentario,
tan solo una opinión,
el Tuno volverá a estar contento,
le hará un gran favor.


Un pobre Tuno Negro que les quiere. De todo corazón.