Pamplona era una fiesta, volvíamos de ver el encierro. Las manzanas, todas iguales, nos despistaron, suerte que mi amigo recordaba la calle donde habíamos dejado aparcado el coche.- Mira, ahí viene un señor, ¡esperad que le pregunto!
- Disculpe señor... ¿la calle Kalea?
...
... ...
... ... ... (mmm... jajaja)

