lunes, 16 de diciembre de 2013
CLXXVII ¿Éxito?
El aclamado y exitoso empresario adinerado decidió
colocarse una cámara de video secreta en la espalda para observar su don de
gentes desde otro punto de vista.
Tras visualizar el video después de su jornada laboral…
Una semana después dejaba su trabajo.
Un mes después le dejaba la mujer.
Un año después le comían las deudas.
Hoy, es un indigente.
¡POR DELANTE Y POR DETRÁS, TRIS TRAS!
CLXXVI Aves de paso.
Cada vez me doy más cuenta de lo que significamos para el
resto, conocemos a cientos de personas, cientos
de pájaros que se posan en tu vida y el día menos pensado vuelan y te abandonan.
Gente que solo se aprovecha, gente que solo te pone buena cara y gente que ni
eso. Porque he aprendido que nadie te reconoce el trabajo bien hecho y no tan
solo eso, sino que hay gente que hasta le jode tu éxito, he aprendido a
trabajar bien porque a mí me reconforta, nada más. La gente es muy egoísta e
individualista. Yo antes lo pasaba mal, ahora ya me he cansado. Ya me he
cansado de abrir los brazos cuales ramas para que los demás se posen, ahora me
he convertido en ave de paso, liderando a todo el grupo de de pájaros y
pajarracos que andan sueltos. La picaresca de mi pico siempre me acompaña, mi
visión periférica me ayuda a observar y analizar cada comportamiento desde las
alturas, he aprendido a no involucrarme demasiado, a pasar desapercibido
enterándome de todo y cuando alguna, rara vez, me encuentro con alguien que vale
la pena no dudo en subirle a mi lomo y volar, colmándole de alegría y esperanza
y aunque el vuelo normalmente dure poco, el tiempo vivido es tan intenso que el
recuerdo lo torna eterno y dura poco porque yo ya no me poso con nadie,
continúo mi camino. Eso sí, cada día después de volar vuelvo a mi nido con mi
familia, allí me relajo, allí me quito el disfraz de pájaro y me convierto en
lo que soy, sin defensas ni escudos, tal cual soy, o intento ser… el mejor
padre y un mejor marido.
CLXXV Vuelos.
Engancharon del pie de un independentista radical un gran
globo rojo de helio, poco a poco subía y subía, sus gritos de independencia
cada vez se escuchaban más a lo lejos.
Unos meses más tarde,
tras su viaje, regresaba caminando feliz, tranquilo y contento con el mismo
globo rojo, mucho más pequeño, cogido de su muñeca, en el cual se leía solo una
palabra: VIAJAD.
CLXXIV Vilarana del Peloponés.
Todas las bodegas de Vilarana del Peloponés explotaron, la ciudad se inundó de vino, algunos de sus habitantes murieron ahogados, los que sobrevivieron decidieron empezar a beber todo ese vino de las calles para recuperar sus casas, para recuperar sus vidas. Al cabo de unos meses las calles del pueblo volvieron a recuperar su aspecto pero sus habitantes jamás volvieron a ser los mismos.
Unos años después del desastre me ha tocado venir a trabajar
a Vilarana, si bien, no se aprecian daños evidentes en las infraestructuras del
pueblo, al relacionarte con sus gentes te das cuenta de la suerte que tuve de
no estar aquí el día de la catástrofe…
Bueno, os dejo, que mis niños tienen natación y están a
punto de meterse en la piscina…mmm… Por cierto, ese color del agua es algo
rojizo…
CLXXIII Lucas.
Tu corazón avisaba de tu llegada cual locomotora desbocada y
ahora que ya estás aquí podría doblarte y comerte sin masticarte para llevarte,
podría agujerearme el vientre para que pudieras verme y verte y ayudarte,
podría acunarte en mi caminar suave y tranquilizarte, sonreírte, adorarte.
Podría alimentarme solo de leche para poder amamantarte y al pensarte subirías
por todo mi cuerpo hasta en mis ojos colocarte para los mejores paisajes
mostrarte. Podría mirarte eternamente, incansable, dándote las gracias por existir. Podría ser tu satélite, tu órbita y tu Sol, tu detrás y tu delante,
tu mundo y tu compás, tu invierno y tu calor, tu descanso y tu apogeo, tu reloj
y tu cajón.
Allí, dentro de mí, alimentando mi vena, te encontrarás a tu
mamá, radiante, buscándote, pues a las dos personas que más quiero, un día me
las comí y ya por siempre las llevo dentro.
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