Un chorrito de aceite de oliva, una pizca de sal, un huevo y a batir. Así se hace una buena mayonesa. Sacamos la batidora, cogemos una cuchara y emplatamos en la comisura de los labios. La vergüenza ajena la dejamos de postre. Bon profit a tothom!
Dicen que el bosque tiene un equilibrio de sonidos y silencios... En él, se concentra lo que nos atemoriza y nos atrae...