viernes, 7 de agosto de 2009

LXX El Giraluna.


Escuchadme girasoles, os habla vuestro rey.
Conocéis perfectamente nuestra antigua ley.
Por la noche hay que bajar la cabeza, sin hablar.

Cortar el maldito tallo al audaz traidor
que alzó su flor a oscuras antes del albor,
pronto lo descubriré, he citado al comité.

El Giraluna dormía de día huyendo del Sol,
el Giraluna giraba y miraba de frente a la Luna,
el Giraluna con pétalos blancos un día escapó.

La más alta recompensa, palabra de honor
al que encuentre sus semillas negras de impostor.

Una nota nos dejó:
Acabaréis en un jarrón.

El Giraluna con pétalos blancos un día escapó.